martes, 20 de enero de 2015

EL PODER DE LA CONCIENCIA

     Inmerso en el bosque nocturno, un castor roía troncos de árboles y los trasladaba hasta el río donde construía su represa. Un grillo trepado en un abedul lo observaba con disgusto; se le aproximó y le dijo:
     —Tus dientes filosos harán del bosque un desierto y tu represa matará de sed a los animales río abajo. ¿No ves el daño que estás causando?
     —¡Es cierto! —respondió el castor, con ojos llorosos—, mas este embalse, que tantos males perpetra, guarda en sí un noble propósito: mis hijos necesitan una madriguera para guarecerse de los terribles lobos. ¡Grillo, amigo! ¡Ten piedad de mis pequeños!
     Al amanecer, el grillo y el castor terminaron de construir la represa.


EL PODER DE LA CONCIENCIA - CC by-nc-nd 4.0 - Pablo Antonio Salas Moya

domingo, 11 de enero de 2015

NUEVAS REGLAS

     En cuanto murió el león, temido soberano de la selva, el cocodrilo emergió desde la profundidad del agua hasta la ribera del río y, desde aquel lugar, hizo un anuncio al resto de los animales:
     —¡Hermanos! Con la muerte del rey ha de morir también su ley despótica. Ahora soy el animal más fuerte de esta jungla y me corresponde crear nuevas leyes. ¡Pero no temáis! Mi código será benévolo y justo, porque tratará a todas las especies como iguales.
     Al oír tal promesa, los animales aglomerados reaccionaron con júbilo, revolcándose gozosamente en la maleza y exclamando: «¡Vivan las nuevas reglas!».
     —Mi primera medida —prosiguió el cocodrilo— será compartir mi patrimonio con los demás habitantes de la selva. Sin ir más lejos, ¿veis este río sobre el que me encuentro? Hasta ayer fui su dueño exclusivo; hoy, sin embargo, lo declaro propiedad común. ¡Así es! ¡Venid, hermanos! ¡Venid a beber el agua que os pertenece!
     Los animales corrieron felices y sedientos en dirección al río. Uno que iba en la turba le dijo a otro: «si no fuera por las nuevas leyes juraría que el cocodrilo intenta comernos».


NUEVAS REGLAS - CC by-nc-nd 4.0 - Pablo Antonio Salas Moya